Quisiera abordar los requisitos de usuario desde la «perspectiva de capacidades». ¿Cuáles son los objetivos principales que pretendemos conseguir en nuestra organización? Es un gran comienzo en tanto supone trabajar con un equipo de profesionales orientados a negocios, que van por buen camino.

Las tecnologías y soluciones en la nube están orientadas a las «capacidades» por naturaleza y definición. Su valor reside en su ágil adopción, flexibilidad y constante evolución. Por primera vez, nos abren la posibilidad real de mantener el ritmo, ir un paso adelante y responder oportunamente a las necesidades empresariales.

En la actualidad, las organizaciones crean ecosistemas tecnológicos (hardware, software, soluciones y aplicaciones) que atienden a su funcionalidad, es decir, pequeños bloques y pasos necesarios para resolver problemas modulares. Aquí es donde identificamos uno de los mayores desafíos. Toda nueva solución en la nube debe incorporarse como habitante de buen comportamiento en el ecosistema actual. De nada sirve adoptar soluciones aisladas en la nube; estos últimos deben ampliar las capacidades empresariales, sumar nuevas y ampliar el alcance de las actuales, ya que en su mayoría son soluciones en el lugar.

Un consejo: las soluciones en la nube fueron concebidas y creadas en el campo hasta llegar a la nube. Las antiguas soluciones de arquitectura en el lugar deben tenerse como cuentos pese a entrar en la nube.

¿Cómo definimos al habitante del ecosistema tecnológico? Porque vive en el mismo hábitat que constituye el mundo de otras soluciones. Si bien consume recursos del hábitat, su existencia también debe aportar nuevos recursos y enriquecer dicho hábitat.

Es por ello que nuestra práctica pone mucho énfasis en conocer la arquitectura del ecosistema tecnológico de cada organización a la que presentamos un proyecto. Debemos garantizar alternativas óptimas que incorporen el nuevo habitante al ecosistema: la nueva solución en la nube que se aplica debidamente debe contribuir al ecosistema en la misma medida en que lo consume. Ello sólo será posible si están bien definidos los habitantes del ecosistema actual y sus funciones. Una vez que se logre, podremos modelar una arquitectura de integración eficiente y eficaz que logre una sinergia real.

Ahora bien, ¿cuáles son los dos recursos principales de los ecosistemas tecnológicos? Información y flujo de trabajo.

  • La información, como recurso universal del ecosistema, enfrenta varios desafíos importantes: la semántica, la uniformidad, la disponibilidad, la seguridad y la oportunidad. Debe quedar clara la información de sólo lectura, la información de lectura escrita, y la solución principal a carga de gestionar dicha información.
  • Los flujos de trabajo definen las acciones, actividades y decisiones que deben ejecutarse a partir de ciertas condiciones de la información. Según el nivel de instrumentación y complejidad, podría ser necesaria una solución intermedia de gestión de procesos empresariales (tipo BPM); no obstante, gran cantidad de tareas bastante modulares, gestadas en una solución, deben tener continuidad en otra. Quizás no todo será completamente automatizado, pero su identificación y consideración aportan integridad y aumentan el valor de la solución.

Es muy poco probable que tu organización esté, en su totalidad, en la nube.

Si así lo fuera, definir la función del nuevo integrante del ecosistema tecnológico supondría menos esfuerzos de integración (arquitectura, diseño y desarrollo).

Aun así, como en la mayoría de los casos de la actualidad, si tu organización tuviera una arquitectura de ecosistema en el lugar, parcial o total, es muy importante – y me atrevería a decir absolutamente crucial – dedicar el tiempo y esfuerzo necesarios para comprender no solo las capacidades que ofrece una nueva solución en la nube, sino también para analizar concienzudamente y trabajar en un diseño de arquitectura que garantice que la nueva solución ocupe el lugar correcto en el ecosistema a futuro.

De allí que traiga a colación el título de esta publicación: «Ecosistemas tecnológicos actuales y nuevas capacidades».

Incorporar «capacidades», ese es el objetivo para añadir valor al negocio.

La incorporación de nuevas capacidades y su genuina aplicación dependen del buen comportamiento de la solución en el ecosistema tecnológico. No obstante, la responsabilidad de que así sea es nuestra, tuya y mía. Es un gran esfuerzo conjunto. El uso de la solución y el rendimiento adecuado de su inversión dependen de ello.

 

Luis Alberto Ruiz Alfaro I lruiz@impetuscr.com